Cómo ser buenos

Hey Kids...

N
ick Hornby es conocido principalmente por haber escrito ‘Alta Fidelidad’ y ‘Un gran chico’, ambas novelas se adaptaron para el cine y que protagonizaron John Cusack y Hugh Grant, respectivamente.

Bueno, después de que por más que busqué alguna de estas novelas, terminé encontrando ‘Cómo ser buenos’, escrito por Hornby, y que aunque tiene nombre de libro de autoayuda (por el que algunas personas sentadas al lado de mí en el tren suburbano miraban de reojo –vayan a saber por qué la curiosidad– mientras lo leía en el trayecto casa-escuela y viceversa) no es sino una novela escrita con un humor cínico, reflexivo y entretenido.

Cómo ser buenos’ es una historia narrada por Katie Karr, una médico que está casada con David (un tío malhumorado, quejumbroso, grosero, mamón, autor de una columna que se llama ‘El hombre más airado de Holloway’, sarcástico, y un largo ‘etc.’) con quien tiene 2 hijos.

Bien, Katie está harta de la forma de ser de David y le pide el divorcio (además de que ella le es infiel). Pero un día, David decide cambiar COMPLETAMENTE su comportamiento: pasa de ser odioso a alguien que dona su dinero a los pobres, se porta cariñoso y amable. Pero este cambio no es algo casual, David ha ido a consultar a un ‘curandero’ (DJ GoodNews) y además lo lleva a vivir a su casa y lo hace su socio para empezar a cambiar la conciencia del mundo (o lo poco que puedan cambiar de él).

E
l problema es que Katie comienza a hartarse de tanta (TANTA) bondad y empiezan a invertirse los papeles con su marido. Ahora ella es la que toma la bandera del ‘lado’ contrario.

Nick Hornby divierte pero al mismo tiempo deja cuestionándonos en qué tanta bondad hay en nuestra vida, qué ‘partido’ tomamos cuando actuamos, hay blanco y negro o somos personas que tienen un poco de ambos. Y como un extra, Nick Hornby cita referencias a la culta pop que van desde las Spice Girls, S Club 7, los Beckham, los Simpson, AIR, y más que sitúan la historia en un contexto reciente.

Para terminar: Este no es un libro con fábula, y mucho menos moralino. Pero al terminar de leerlo es un poco inevitable preguntarse: ¿Somos buenas personas? ¿Podemos cambiar y ser ‘buenos’? ¿Cómo ser buenos?

A continuación unos fragmentos del libro:

Soy una buena persona. En casi todos los aspectos. Pero estoy empezando a pensar que el ser una buena persona en casi todos los aspectos no sirve de gran cosa si eres una mala persona en uno solo. Porque la mayoría de la gente son buena gente, ¿no? La mayoría de la gente quiere ayudar a los demás, y si su trabajo no le permite demás entonces lo hace de cualquier otra forma posible: ocupándose de los teléfonos de los Samaritanos una vez al mes, o participando en marchas para recaudar dinero de beneficencia, o rellenando cheques para asociaciones de caridad.

- La cuestión es… La cuestión es cómo me siento. No me importa lo que logre. Lo que no quiero es morirme con la sensación de no haberlo intentado. No creo en el cielo ni en nada. Pero quiero ser una persona que, si el cielo existiera, merecería entrar en él. ¿Lo entiendes?

la vida sin odio no es vida en absoluto, que a mis niños debería permitírseles despreciar a quienes les plazca. Es un derecho por el que merece la pena luchar.

Y bebimos vino, y escuchamos a Air, que son franceses y tocan sobre todo temas instrumentales de esos que dan la sensación de que donde mejor tienen que sonar es en los ascensores. Air es mi nuevo grupo preferido, aunque Dick sea un poco despectivo con él a su manera callada, nerviosa. Dice que hay pop ambiental francés mucho mejor que ése, y que si queremos puede grabarnos. Pero para mí Air suenan a moderno y soltero y sin hijos

Cuando miro mis pecados (y si pienso que son pecados, lo son realmente), puedo entender el atractivo que ejerce el cristianismo sobre los conversos. Aunque sospecho que no es el cristianismo en sí lo que resulta tan tentador, sino la promesa de un nuevo nacimiento. Porque ¿quién no desearía volver a empezar desde cero?




Hell Yeah!